Heridas

  HERIDAS

  Por Andrea Baltazar-LUZESMEB


“Pero a mí lo que me preocupa es el otro maltrato, el que no deja marcas en la piel” (Walter Riso)

Nací sin saber que existías, que en algún instante harías presencia en mi vida, sin saber que tú serías culpable de mis afectaciones emocionales. Un día quise verte tal cual eras me fue difícil, pues no tenías rostro, pero estabas en todos los que me rodeaban, no veía mover tus labios, sin embargo, escuchaba tus palabras que dolían, no tenías manos para golpear mi rostro y ultrajar mi cuerpo; pero aun así golpeabas más fuerte con tus indirectas que llegaban a lo mas profundo de mi ser, convenciéndome así que realmente yo era una persona inservible.
Y, es que esas expresiones orales que me denigraban me hacían sentir constantemente desdichada, humillada, ridiculizada, temerosa, deprimida, e inepta. Encontré en ti los insultos indirectos.
Hay veces llegaba a mi esa pregunta sin respuesta ... ¿Quién eras?, por qué estabas y no estabas, eras tan invisible que ni yo me percataba que ahí te hallabas.
Eras una paradoja, no había en ti una clara expresión de deseo de hacerme daño, pero al mismo tiempo sentía tu agresión.
Hay veces llegaba a mi esa pregunta sin respuesta… ¿Quién eras?, porqué estabas y no estabas, eras tan invisible que ni me percataba que ahí te hallabas, y no sé si esa conducta era porque reflejabas miedo al abandono e inseguridad.
Tus comportamientos estaban diseñados para que fueran difícil de detectar, y es que eras tan hábil, ganabas con cara y con sello también.
Lo que más admiro de ti es esa especialidad de hacerte el desentendido o simplemente finges que la cosa no es contigo, y claro así te permites salirte con la tuya precisamente en esa ambigüedad de agreder sin agredir, violentas; pero borras o intentas borrar aquellas evidencias de lo que haces.
¿Sabes? ... tu comportamiento es tan nocivo en las relaciones con los demás, es por eso por lo que haces presencia entre amigos, compañeros de trabajo, en las familias, en la relación de pareja… ¡Jumm! En todas partes. Aparentas ser amable y muy accesible, le caes bien a todos, hasta a mí me caes bien, tal vez porque sólo muestras lo que te conviene.

TU Y EL SILENCIO

Un rasgo característico que tienes es ese uso deliberado del silencio como la herramienta perfecta de manipulación. Se trata de ese silencio directo; se te habla y no contestas, haces como si no oyeras o que no tienes nada que decir, pero si escuchaste y si tienes algo que responder. ¡Esos silencios tuyos!, esos silencios agresivos que duelen son un poco más sutiles o indirectos … Bueno, lo tuyo en todo caso es dejar a los demás con la inquietud, haciendo ese gesto como si te doliera una muela, pero si te preguntara si te sientes mal, dices que no. No confrontas, aunque haya un conflicto evidente, por eso miras el celular mientras se te habla o terminas la conversación dejándola en el aire, aun así, si la persona no ha terminado. Evitas expresar lo que sientes cuando alguien te enfrenta, y dices que “no te gustan los problemas”.
A todo esto, recuerdo esas frases, cada palabra que dolía y que llegué a pensar que tenías la razón; pero no fui yo sola a la que agrediste fueron muchas, por ejemplo, Sandra Zapata fue una víctima, tus palabras cuando ella era una niña de 9 años, todavía retumban en su mente… “Yo no engendro hijas mujeres” (Palabras de un padre a su pequeña hija). Realmente fue imposible librarse de ti, pues entraste en hogares donde había víctimas y victimarios gracias a ti, y que decir en las empresas, Leydi Echavarría Periodista, cuando comenzó a informar, sólo por su forma de hablar, con ese acento que la diferencio de los otros y otras periodistas, fue criticada y afectada emocionalmente,” Alguna vez alguien me dijo que yo no servía para esto, que necesitaba ponerme cierta ropa, hablar de determinada manera y que era imposible creer en mí, era tanta la inseguridad que me sembró, que pensé que tenía la razón. María Ospina, “Das asco, quién te va a querer, es de lo más suavecito que me ha dicho, palabras de quien se supone te debería querer más en la vida” (mi madre). Me dijeron hace minutos, mejor te hubiese abortado. Alba Giménez (Mi madre). Estoy con ella por lastima, refiriéndose a mí. Jazmín Agudelo (Mi esposo). Tienes mierda en la cabeza o qué, eres un llorón. Fernando Hernández García (Mi padre) No sirves como mujer. Jessica Cadavid (Mi novio) Y si siguiera la lista no acabaría, niños, niñas, mujeres, hombres, todos y todas, en tus manos.

COMO DEFENDERME DE TU COMPORTAMIENTO E IDENTIFICARTE

Cómo defendernos ante ti, cómo reconocer quién eres en cada rostro, en cada persona con la que nos relacionamos, con la que vivimos. Puede que sea difícil de reconocerte, pues tienes la habilidad de volverte invisible.
Cabe decir que hace unos años tu personalidad se identificaba como un trastorno de la personalidad, pero esta etiqueta clínica desaparece en la cuarta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM) para que quedaras sólo como un tipo de comportamiento, de personalidad “no patológica “.Por tal motivo después de tanta controversia de que si, de que no eras un trastorno ,pues se llega a un acuerdo en los años 90, de que no era lógico patologizar tu resistencia, tu pesimismo o tu agresividad encubierta, en todo caso seguirías haciendo uso de esa actitud en forma sutil “Lo que tú quieras” (afirmaciones con las que abandonas cuanto antes toda discusión para evitar la comunicación emocional sincera y directa). “Ve, y vos ¿por qué te pones así? Te lo tomas todo muy apecho pues”, mediante estas frases tú te sirves de tu calma para llevar al límite a la persona que está intentando hablar contigo, humillándola así de esa manera.
A muchos se nos hace difícil identificar esa hostilidad comportamental, pues puedes resultar amable y accesible, pero esa apariencia se cae al instante en el momento que se te conoce un poco más y aparece tu autentico rostro.
Sueles ser muy crítico con todo aquello que te envuelve, eres adicto para culpar a los demás de casi cualquier cosa, el resentimiento y el mal humor son dos raíces profundas que no puedes apartar de ti, y no te agrada las normas y menos las sugerencias ajenas, además de ser a menudo irrespetuoso, cosa que te enorgullece porque te ves a ti mismo como un gran rebelde, por otro lado, acompañando esta hostilidad no cuidas nada de lo que posees: ni objetos y menos las relaciones personales.
Cómo pueden tus víctimas manejarte, ya que en sus entornos están obligadas a convivir y a tratar contigo, una de las mejores maneras para reducir tu impacto sobre la persona afectada es ignorarte, ya que tu no sabes como actuar cuando sientes que tu comportamiento no tiene efecto sobre la persona que tratas de afectar, pues tienes muy baja autoestima y escasa asertividad emocional.

DEPENDENCIA EMOCIONAL

Es curioso como tu hostilidad comportamental, tu actitud hostil y desafiante se vincula además con tu independencia emocional hacia las demás personas que rodean tu entorno. Ese,” te desprecio, pero te necesito “.es tan característico en ti, escondes en realidad a un ser débil y empequeñecido por sus inseguridades, alguien que todo lo necesita de los demás y que a su vez vive oculto en su caparazón. En tu comportamiento escondes a veces realidades muy complejas: trastorno de ansiedad, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), depresión, una mala infancia.

TU MALTRATO PSICOLOGICO

Por otro lado, todo lo que haces es afectar esa parte psicológica de la persona que tienes a tu lado, porque así es como sientes que la tienes en tus manos, y claro, este maltrato es el más difícil de probar, por eso cuando una mujer o quien esté contigo es maltratada psicológicamente y se atreve a poner una denuncia no es escuchada…¿Por qué ? pues, porque es una violencia indirecta, es silenciosa, de esa que no deja marcas visibles, esa es la diferencia con respeto al maltrato físico, y por que también ante la ausencia de lesiones corporales, se requiere un diagnostico psiquiátrico que compruebe dicha violencia.
Se puede decir que tu como maltratador psicológico eres un narcisista, entendiéndose bajo el concepto psicológico de narcisista es :(“El trastorno de personalidad narcisista uno de varios tipos de trastornos de la personalidad es un trastorno mental en el cual las personas tienen un sentido desmesurado de su propia importancia, una necesidad profunda de atención excesiva y admiración, relaciones conflictivas y una carencia de empatía por los demás. Sin embargo, detrás de esta máscara de seguridad extrema, hay una autoestima frágil que es vulnerable a la crítica más leve”). https://www.mayoclinic.org/es-es/healthy-lifestyle/adult-health/in-depth/domestic-violence-against-men/art-20045149 Tu satisfacción de narcisista es asediar, paralizar, bloquear, acorralar a la víctima, buscando así colocarla en una posición de incertidumbre y confusión que puede llegar a acabar con su vida, por ende, la persona afectada puede comenzar a ingerir antidepresivos o tranquilizantes. Y aquí se establece tu triunfo como “agresor pasivo”, por fin has logrado lo que pretendías, sentir que la víctima es nadie y no hay nada que pueda incriminarte, pues no hay un cadáver y menos sangre, además es raro que un narcisista como tú, llegue a la violencia física, aunque no es imposible.
Finalizo este artículo con las palabras de la doctora Amparo Huélamo Gaspar, graduada superior en Criminología;” También hay muchos hombres que son víctimas de violencia psicológica, pero callan por vergüenza. Esta violencia no surge de un día para otro, esté tipo de maltratadores ejercen desde muy jóvenes y no pararán. No están locos, son psicópatas, narcisistas. Carecen de empatía y disfrutan totalmente del mal ajeno. Jamás se recuperarán. Pero hay que luchar para que la sociedad se mentalice en que este tipo de maltrato es mucho peor que el físico, porque deja HERIDAS EN EL ALMA”.